El informe añade que hasta
500.000 personas han tenido que abandonar sus hogares
La ONU ha acusado al ejército turco de "graves
violaciones" de los derechos humanos, en el marco del conflicto kurdo, en
el que en año y medio han fallecido 2.000 personas, incluyendo miembros de las
fuerzas de seguridad, durante operaciones militares en el sudeste del país. Un informe del Alto
Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos acusa a las
fuerzas de seguridad de Turquía de desapariciones forzadas masivas, incitación
al odio, bloqueo de acceso a ayuda médica de emergencia, a comida, agua y
cualquier tipo de asistencia de supervivencia, así como violencia sexual contra
las mujeres.
El informe precisa
que de las 2.000 personas muertas durante el conflicto, aproximadamente 1.200
son civiles residentes en la zona y otras 800 son miembros de las fuerzas de
seguridad. El documento cita fuentes gubernamentales, que informan de que 323
civiles y 799 agentes de seguridad murieron en el periodo comprendido entre julio
de 2015 y diciembre de 2016. Además, indica que 2.040 civiles y 4.428 policías
o soldados han resultado heridos.
El informe detalla
que entre 335.000 y 500.000 personas, la mayoría de origen kurdo, han sido
desplazadas de sus hogares, que más de 30 localidades han quedado totalmente
destrozadas. "Estoy particularmente preocupado porque no se ha
llevado a cabo ninguna investigación creíble sobre el supuesto asesinato de
cientos de personas, incluyendo mujeres y niños en un periodo de 13 meses,
entre julio de 2015 y agosto de 2016", denuncia el alto comisionado,
Zeid Ra'ad Al Hussein, según un comunicado. "Sobre todo
porque no se ha detenido ni procesado a nadie por estos crímenes",
agrega.
Concretamente, el
informe habla del caso de 189 personas en Cizre, incluidos niños, que
estuvieron atrapados durante semanas sin los elementos básicos para sobrevivir,
y que después murieron tras ser atacados con armamento pesado.
"La posterior
demolición de los edificios destruyó evidencias y ha impedido que se pueda
identificar los restos", precisa el texto. El informe cita el
ejemplo de la ciudad de Nusaybin, en la provincia de Mardin, donde 1,786
edificios han sido destruidos o dañados, o el del distrito sur de Diyarbakir,
donde "el 70% de los edificios han sido sistemáticamente destruidos por
bombardeos".
A pesar de las
repetidas solicitudes de acceso a la región por parte del Alto Comisionado
desde que la violencia comenzó en diciembre de 2015, el Gobierno turco se ha
negado rotundamente a que se verifique de forma independiente lo que sucede en
la zona.
Ante este bloqueo,
los expertos han tenido que verificar la situación mediante imágenes de
satélite que muestran vecindarios enteros totalmente arrasados. El informe
además expresa "su preocupación" por la política de expropiación de
la tierra de las comunidades.